domingo, 18 de diciembre de 2011

Primer día rodando...

Al igual que los grandes viajes... NUESTRO GRAN VIAJE.
Fotografía de los kilómetros y la hora. Todas y cada una de nuestras monturas...


Anonio y Petra:




Felipe (con su reloj rojo) y Princesa:


José Joan y Cirila JeJe:



Y José Angel e Inés:


Quería mostrar el instrumental de Inés. Aquí lleva a la izquierda la cámara de vídeo, al centro el GPS y en la derecha la radiobaliza. Como las grades!!!! 



Arrancamos.... nervios en la salida, directos a la gasolinera. Revisión de presión de aire y rellenamos gasolina. Todo listo, todo preparado....
Enfilamos la salida de Dakar. con los cinco sentidos puestos en la carretera. Nada puede fallar.
En mis espejos retrovisores adornan las luces de mis compañeros. Felipe, Antonio, Jose Joan y Pedro cerrando el grupo.
Directos a la única autopista del país, unos 10 kilómetros de 4 carriles y menos de 2 euros de peaje.
Pronto y sin darnos cuenta nos encontramos a las afueras de Dakar. Marco la velocidad de 70km/h. No quiero ir muy despacio pero tampoco arriesgarnos a una caída. Tengo que esperar a adaptarnos al país, a la forma de conducir y a los senegaleses...
Según van pasando los kilómetros y mirando por los espejos retrovisores, pienso en la responsabilidad que llevo detrás. Cuatro grandes amigos han puesto toda su confianza en mí y en el viaje que tenemos por delante. No puedo fallarles...
Una DAX de 125cc, un loco manejándola y cuatro más siguíendolo.... De película!!!
  


Las paradas se suceden... se que son momentos tensos, que mis compañeros están preocupados y que todos tenemos que relajarnos para poder disfrutarlo.
Un cigarrillo, una foto y una charla.... Los kilómetros avanzan y cada vez estamos más tranquilos.
En cada parada Pedro nos da consejos de como nos ve conducioendo y las cosas que tenemos que corregir. El ha vivido más de 20 años en Venezuela y eso le da muchos grados de veteranía en aquellas carreteras.
Por el momento no podemos quejarnos, la carretera perfecta aunque con muchísimo tráfico.
Las motos adelantan fácilmente pero Pedro se queda por detrás, así que tenemos que esperarlo en cada cruce y así evitar perdernos.
Felipe es un punto en el viaje!!!
En cada parada cuenta alguna historia o chiste, bromea y nos hace olvidar los malos momentos de los tres días perdidos....
Ya en una de estas dijo la frase del día: "Lo malo de la aduana no es lo que jode, sino lo seguidito...."
jajajjaja
Que suerte poder contar con un grupo tan bueno de amigos para el viaje...




De pronto en el camino una feria ganadera y artesanal. No pudimos resistirnos y decidimos parar por unos instantes. De todos modos la ruta de hoy no es muy larga, algo menos de 300km.

Como vigilando el paisaje, el árbol más representativo de los paisajes africanos.... el Baobab
Grande, solitario, de poca sombra.... expectacular!!!



Algo que nos llamó mucho la atención.... Las carretas no llevan silla. Los conductores van depié. Eso es equilibrio y lo demás, tontería!!!


Una verdadera fiesta cuando llegábamos con las motos a algún lugar. Nos rodeaban y llenában de preguntas.
Y lo que más me sorprendía es que las personas que se acerca quieren tocarlas... curioso, curioso.

Continuamos nuestro viaje. Todo perfecto menos la carretera. Ahora verdaderamente comenzamos a sufrir... Trozos de asfalto pésimo, trozos de tierra suelta....  Polvo, baches y arena. Los ingredientes perfectos para tener mucho más cuidado.






Un descuido en el camino nos regaló una maravillosa experiencia.
En la ciudad de Kaolak, con tantas emociones deje de estar pendiente de la ruta y continué por la vía equivocada. Catorce kilómetros más adelante me di cuenta del error y me detuve para explicásrselo a nuestros amigos. Alli había un pequeño poblado de chozas hechas de madera y paja. Al escucharnos hablar, las mujeres y niños se iban asomando a las puertas de sus respectivas chozas. Luego se fueron acercando hacia nosotros con mucha curiosidad. Nosotros los saludamos y en ese momento se rompió el hielo. Todo fue divertidísimo, nos mostraron sus casas y se sacaron muchas fotos con nosotros. 
Era difícil comunicarse con ellos ya que hablan wolof y francés, una mezcla extraña y nada de inglés. Pero cuando hay voluntad se consigue todo. 
Nos pidieron que volvieramos a visitarlos antes de marchar a España... y así se lo prometimos. 





La parejita más linda....







Tras despedirnos de nuestros amigos volvimos a a la dura realidad de la carretera... duro trabajo, si señor!!!
jajaja


Tras otros 90 kilómetros más, llegamos a la frontera entre Senegal y Gambia. Allí nos estaba esperando la parte negativa del día...  Como dice Felipe, "no es lo que joden, sino lo seguidito...."




Una sorpresa curiosa que nos dimos cuenta en el viaje.... José Joan habla bastante francés... Y SE LO TENÍA CALLADITO!!! 
Aquí lo vemos hablando de política con la gente de la aduana, dando soluciones a la crisis mundial... jeje
Miren y observen la cara de preocupación que tiene ante los problemas de los gambianos....



Bueno, a partir de aquí no tenemos más fotos de la jornada debido a las situaciones adversas que nos encontramos. Trataré de relatarlas con todo detalle...

La llegada a la frontera de Gambia fue, como en toda frontera, una locura. Entre la gente que pide limosna,  los "cambistas" que intentan cambiarnos moneda, los oportunistas que intentan tramitarnos documentos por unos euros... todo es un agobio.
Primera parte, la salida de Senegal. Sin problemas, con una fila enorme de personas esperando por un agente de aduanas que le selle el pasaporte, tuvimos suerte ya que nos presentamos frente a un agente y éste nos selló el pasaporte directamente y sin problemas. Cero euros por el momento.

Ahora tocaba la entrada a Gambia que se suponía sencilla... nada más lejos de la realidad.

Documento de importación temporal de las motos. 
Una oficina pequeña con un mostrador en medio. Tres agentes de aduanas. Mucho desorden y todos gritan. Parece que tener la razón va relacionada con gritar más...
El caos es tan grande que nadie respeta un orden. Cuando nos están atendiendo se nos adelanta el amigo del amigo del amigo del agente.... Comienzo a desesperarme y termino rellenando yo mismo los documentos que supuestamente tiene que rellegar el agente. La situación es curiosa. Documentos en francés que yo relleno como mejor puedo. Al final el agente firmo y ni siquiera sabe lo que firmaba. Total, conseguimos el permiso de importación temporal.
Por la otra oficina, la de pasaportes, Pedro iba gestionando la tramitación. Cuando todo parecía en orden un tipo con muy malas pulgas nos dice que es policía secreta y que somos objeto de investigación. A mi todo eso me sono a cuento chino... pero... veremos.
Nos hace pasar nuestras monturas al terreno contiguo a la oficina de aduanas y allí comienza a revisarnos todo, pero todo todo, minusiosamente. Tan minusiosamente que incluso las medicinas que llevabamos miraba sus componentes químicos. Antonio llevaba unas pastillas para cuando no puede cociliar el sueño y casi le prohibe entrar al país ya que son prohibidas en Gambia. Ver para creer...
Prefiero no seguir hablando de este tema por cuestiones que todos suponemos.
Despues de DOS HORAS de revisiones, pasamos por fin a sellar el pasaporte. Allí nos dicen que necesitamos visado para cruzar a Gambia, cosa que el consulado de Gambia nos había dicho que no hacía falta. Al final se resumía en que querían dinero...
Tampoco seguiré hablando sobre este tema...

Para los futuros viajeros solo unos consejos: Lleven recetas emitidas por algún médico con todos los medicamentos que lleven, incluido las tiritas. No se imaginan los problemas que tuvimos.
Soliciten un certificado al consulado de Gambia donde diga que no necesitan visado para evitar tener que pagar. Y la última recomendación: Tengan mucha mucha calma en la frontera de Gambia.
Nosotros no pudimos ver el partido Madrid-Barcelona, cosa que habíamos organizado incluso antes de comenzar el viaje...

El resto de la jornada fue muy mala. Se nos hizo la noche cerrada por culpa de la inspección. Con la poca luz de las motos les pedí a mis compañeros que circularan más cerca de mí. Habían unos 40km hasta Banjul, la capital de Gambia, donde supuestamente nos vamos a quedar.
Con mucho valor rodamos en plena noche. Por suerte nos adelantó un coche que iba a unos 80km/h. Aceleramos y nos pegamos a él. Así era más fácil circular.
El trámite del transbordador que nos cruzaría el río Gambia hasta el otro lado fue sencillo pero pesado por los oportunistas que andan molestando todo el tiempo. Sobrevivimos!!!

En Banjul Antonio había contactado con un hotel regentado por un español. La verdad que fue todo un acierto. Nos sentimos como en casa...
No mucho más por hoy, mañana seguiremos contando nuestra aventura... y daremos datos mas puntuales.
Hasta mañana...

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